Ante la evidencia de estas horas supremas y decisivas el pensamiento
se repliega a contemplar el apostolado que laboró tramo a tramo, la
consagración plena de la obra reparadora.
En la fe y en la virtud de su vasta irradiación se
cruzaron muchas angustias, pasaron años de absorbentes fatigas y de
inevitables incertidumbres, escrutando y afrontando lo que había de
rebelde o de inmodelable a la eficacia de sus justas finalidades.
Así estuvo como el alucinado misterioso, que los
refractarios motejaron de una devoción incomprendida, ostentándose
siempre sin mirar hacia atrás, soportando impertérrita las actitudes
del destino, irreductiblemente identificada con la patria misma, serena
auscultadora de sus anhelos e intérprete fiel de sus imperiosas
reivindicaciones.
Y hoy estamos ante la efectividad gloriosa de tan enorme
jornada y el encanto soñador se transformó en la realidad que nos hace
sentir la magnífica verdad de la patria, dejando por fin de mirarnos
peregrinos en su propio seno.
¡Cómo trascienden recién ahora los atributos nativos de la
nacionalidad en la ejecutoria de los más prominentes preceptos de la
civilización humana! ¡Como se comprende recién ahora las efemérides tan
distintas de las que se celebraron con el mecánico automatismo de las
simulaciones publicas! ¡Cómo parece el himno más tonante en las
vibraciones de su sentimentalidad y las muchedumbres más nuestras ante
los esplendores del patrio renacimiento!
Justo es, entonces, que esta resurrección, que pareciera
imposible, llene de intenso regocijo el espíritu nacional que asumiera
todas las contingencias de tan cruenta jornada, como si un dictado
superior hubiera dispuesto que se fundiese en la más indestructible
solidaridad.
Asumir la contienda reparadora, desde el llano a la
cumbre, renunciando a todas las posiciones y resguardos del medio
ambiente para remontar la abrupta montaña a pura orientación de
pensamiento, a puro vigor de virtudes y a pura entereza de carácter, y
llegar a la cima pasando por sobre todos los poderes oficiales y las
conjuraciones conniventes, es empresa que no conciben los mediocres ni
alcanzan los pigmeos y que ni siquiera comprendieron los grandes ni
afrontaron los poderosos.
Tan magnas concepciones fueron idealizadas por el genio de
la revolución, sentidas por el alma nacional y cumplidas con admirable
excelsitud en una trayectoria de sucesos y de acontecimientos que
culminaron todas las glorias de la patria.