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Mostrando las entradas etiquetadas como Sarmiento

Pedro Goyena, discurso en el debate parlamentario sobre la ley de educación común. 1883

[…] Y no se diga que entonces se abandonó la tradición a que me he referido y que se prescindió del concepto religioso, de los dogmas y doctrinas del catolicismo, porque sostener el culto católico, apostólico, romano, según la acepción correcta de las palabras y las cláusulas de la Constitución, concordantes con la declaración citada, no es meramente, como se ha pretendido, entregar a la Iglesia una suma más o menos reducida del dinero, para costear lo externo, lo material del culto. ¡No! En virtud de las disposiciones constitucionales, el Congreso vota fondos, no sólo para atender a esa parte material del culto, sino para la enseñanza de la doctrina católica a los jóvenes que han de formar el clero, para las visitas de los Obispos a sus diócesis, para las misiones a los indios, es decir, para objeto del orden espiritual, que la Constitución Argentina y el Congreso, que legisla de acuerdo con ella, han considerado elementos necesarios al bienestar y a la moralidad del pueblo. Cuando e...

Sarmiento escribe sobre la inmigración. 15 De Septiembre de 1887

[…] Un millón de emigrados que han llegado ya al país forman cerca de doscientas mil familias, y darían al país doscientos mil ciudadanos, con voto activo para nombrar ellos mismos quienes defienden y cuiden sus intereses en el gobierno, en la ley, en el municipio. Con sólo un millón de emigrados el comercio de la ciudad de Buenos Aires cuenta cuatrocientos millones de pesos pertenecientes a extranjeros domiciliados. Cuando se cuenten en el país cinco millones de emigrados, su fortuna en capitales, efectos y mercaderías será de dos mil millones en la misma proporción de hoy, contra setecientos millones que poseerán argentinos. Aquellos dos mil y estos setecientos millones soportarán las cargas públicas, la mala administración de los gobiernos patrios, los derroches de un Congreso sin el freno de una opinión respetada que lo contenga, los empréstitos contraídos por la petulancia o malas pasiones. Ahora nosotros decimos a los extranjeros, dueños de esos dos mil millones de pesos, ad...