Después de combatir al socialismo, el fascismo ataca a todo el conjunto de las ideologías democráticas, y las rechaza, así desde el punto de vista de sus premisas teóricas, como de sus aplicaciones e instrumentaciones prácticas. El fascismo niega que el número, por el solo hecho de ser número, pueda dirigir alas sociedades humanas; niega que el tal número pueda gobernar mediante una consultación periódica; afirma la desigualdad irremediable, fecunda y beneficiosa de los hombres, que no pueden nivelarse por medio de un hecho mecánico y extrínseco como es el sufragio universal. Pueden definirse como regímenes democráticos aquellos en los cuales, de cuando en cuando, se da al pueblo la ilusión de ser soberano, mientras que la verdadera y efectiva soberanía reside en otras fuerzas, a veces irresponsables y secretas. La democracia es un régimen sin rey, pero con muchísimos reyes a veces más exclusivos, tiránicos y ruinosos que un solo rey que sea también tirano. Esto explica por qué el fas...