Cierto día el presidente Roosevelt me dijo que estaba reclamando
públicamente sugestiones acerca del nombre que se podría dar a la
guerra. Inmediatamente le di uno “La guerra innecesaria”. No hubo nunca
una guerra más fácil de detener que la que ha hecho naufragar lo que
quedaba del mundo después de la contienda anterior. Y la tragedia humana
llega a su culminación cuando descubrimos que, después de todos los
esfuerzos y sacrificios de millones de personas y de la victoria de la
victoria de la causa justa, no hemos encontrado aún ni paz ni seguridad y
que estamos a merced de peligros aún peores que los que hemos superado”
Churchill, Winston. 1948