Declaración Oficial. (Emitida al fundarse la CGT)
La Confederación General
del Trabajo de la República Argentina, que reúne a más de 200000
trabajadores entre los cuales hállanse comprendidos los obreros del
transporte ferroviario, marítimos, transporte urbano, estibadores y
cargadores de puerto y estaciones, obreros de la industria y del campo,
empleados, etc. considera de su deber ratificar su carácter de
organización autónoma de las clase obrera, independiente de todo partido
político o agrupación ideológica, y por lo tanto prescindente en las
acciones que éstos levan a cabo.
Conforme lo determinan las bases de unidad, la CGT
procederá de inmediato a invitar a los sindicatos no comprendidos en
este acuerdo para que se sumen a sus filas. Siendo esta la mayor
concentración obrera que registran los anales del movimiento sindical
argentino, y ofreciendo su realización las garantías de seriedad que ha
menester, los representantes de las organizaciones obreras unificadas y
exhortan calurosamente a sus hermanos de clase a integrarse en el seno
de la CGT, por cuyo intermedio cumpliérase el fervoroso anhelo unionista
que anima a todos los asalariados, ansiosos de libertad y bienestar.
Con objeto de dar forma orgánica a la nueva institución y
realizar los trabajos administrativos que proveen las bases de unidad,
la CGT designa de su seno a los diez miembros que han de integrar la
Junta Ejecutiva, postergando para cuando se hayan adherido los
sindicatos autónomos e integrado a la proporción que le corresponde a la
CGT la fijación de las reglas por las cuales ha e regir aquella sus
actos.
La CGT llama la atención a la clase obrera sobre la honda
significación de ese acto, cumplido después de una conciente sanción de
los trabajadores y afirma que ese convencimiento de todos sus miembros
que no habrá sindicato de productores asalariados que hay de permanecer
al margen de esta fuerza libremente constituida y llamada a ejercer
poderosa influencia.
No dudamos que la aspiración largamente sostenida por los
trabajadores organizados al convertirse en una auspiciosa realidad
estimulará a los sindicatos autónomos y no quedará ninguno sin ingresar
en la nueva central obrera, uniéndose al resto de los ya confederados,
ocupando el lugar correspondiente para la defensa de sus propios
intereses morales y materiales, convencidos de que este nuevo organismo
representa para la clase trabajadora, para el gobierno y el pueblo en
general, la más absoluta seguridad de que nuestro movimiento obrero,
inspirado en la defensa de sus intereses económicos y de
perfeccionamiento moral y cultural de sus asociados, orientará su
acción, prescindiendo de toda clase de tendencias políticas, filosóficas
y religiosas hacía la realización de sus elevados propósitos.
El obrero Ferroviario, año IX, Nº 190, Octubre 1º de 1930.