Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros
Excmo. Sr. Presidente de la Generalidad de Cataluña
Excmo. Sr. Ministro de Justicia
A los partidos y organizaciones antifascistas
Nuestra guerra, la guerra que con tan legítimo
heroísmo tiene que mantener el pueblo español contra el fascismo
nacional y extranjero, atraviesa un momento particularmente grave, que
obliga a la movilización de todos los esfuerzos y todos los medios.
Nosotros, desde nuestras celdas, sentimos las mismas inquietudes y las
mismas ansias combativas que puedan sentir los más firmes y probados
antifascistas. Ello no puede extrañar a nadie, ya que somos militantes
obreros de toda la vida y hemos llevado un papel activo en las luchas que
el pueblo español viene sosteniendo, desde hace años, contra
los enemigos tradicionales de su emancipación y su libertad. El
propio tribunal que nos ha juzgado ha tenido que proclamar bien alto esa
verdad y destruir las calumnias lanzadas contra nosotros. Por todo ello
creemos que constituye una verdadera monstruosidad que continuemos, en
tales circunstancias, inutilizados en una prisión, y pedimos:
1º Que se nos devuelva rápidamente la libertad,
con el fin de llenar nuestro derecho y nuestro deber de antifascistas,
de cuyo cumplimiento fuimos arrancados.
2º Que se proceda a la inmediata legalización
de nuestro Partido y nuestra Juventud para que, con todos sus elementos,
pueda contribuir a la resistencia y a la lucha contra el fascismo.
3º Que se abran las puertas de las prisiones de la
República para todos los antifascistas sobre los que pesa la más
humillante de las condenas: la de no poder sumar sus esfuerzos a los de
todo el pueblo español en la lucha decisiva que sostenemos.
Estas medidas deben llevar implícitas las siguientes:
el cese de toda represión contra los trabajadores revolucionarios,
el respeto de las conquistas de los obreros y campesinos, realizada[s]
con su sangre y su sacrificio, y el reconocimiento y la aplicación
de las libertades democráticas creadoras para todas las tendencias
del antifascismo, única manera de darle un contenido y una eficacia
a la resistencia y de fortalecer la moral de los combatientes y de la retaguardia.
Por los presos del POUM y de la JCI
Juan Andrade
Julián G. Gorkin
Wilebaldo Solano