Renuncia de Rosas a las
facultades extraordinarias
Buenos Aires, 7 de mayo de 1932
Honorables representantes:
El gobierno de la Provincia
tiene el honor de dirigirse a los
Señores Representantes para manifestarles que, en vista de la divergencia de
opiniones, que se han suscitado en esta ciudad, sobre si el Gobierno debe ya
devolver las facultades extraordinarias con que fue investido por la Honorable
Sala, y estando para reunirse la 10º Legislatura, ha creído de absoluta
necesidad tomar seriamente en consideración este importante negocio; y después
de muchas y muy detenidas meditaciones, ha llegado a convencerse, que la parte
que obtiene el concepto de más
ilustrada, y que, sin embargo de ser poco numerosa en proporción de las demás
clases de la población es la más influyente en la marcha de los negocios
públicos, está por la devolución; y cuenta en su apoyo el voto de los cinco
Ministros que integran la administración del Gobierno. Pero el Gobernador que
suscribe, respetando, como desde luego respeta, las luces y buen juicio de tan
distinguidos ciudadanos, se cree con más motivos que ningún otro para conocer
la verdadera situación del país […] fundado en estas experiencias teme, que
reducido el poder ejecutivo, a los estrechos límites que le estaban señalados
antes del motín de diciembre, se desaten sordamente las pasiones, recobre su
funesto imperio la inmoralidad, y se preparen de modo progresivo nuevos
elementos de combustión, que hagan repetir aquella triste escena […] Nuestras
leyes comunes y ordinarias no han bastado jamás a preservar el país de los
diferentes trastornos políticos que tanto lo han extenuado, ¿y cómo podrán
desarraigar las causas que los han producido con todo el incremento que ellas
tienen hoy día? ¿Ni cómo defendernos de sus terribles efectos?
El gobernador que suscribe
no puede persuadirse de esa virtud especial que se les quiere atribuir, y menos
cuando está en contra de ella la experiencia de veintidós años de continuas
agitaciones, que han hecho casi perder toda esperanza de tranquilidad… [Hace devolución de las facultades
extraordinarias por el tiempo que le resta de mando].
El Lucero. Ed. Original,
del 24 de setiembre de 1832.