Diario El Pueblo. Crónica de enfrentamiento entre fuerzas católicas y maximalistas. 6 de Enero de 1919
Una jornada de Gloria para la acción
social católica.
El domingo 5 de enero, en la historia del
círculo de obreros de Nueva Pompeya, se destacará
siempre como una jornada gloriosa. El acto público
realizado por la institución en esa fecha, adquirió
los contornos de una valiosa profesión de fe, de una
intrépida y resonante exteriorización de fuerza.
Como se había anunciado, a las 5 PM, en
Avenida Sáenz y Esquiú, ocuparon la tribuna
(…) los señores Samuel Medrano,
presbíteros Franceschi y doctor Napal. Delegaciones de
círculos y centros hermanos contribuyeron a dar a la
manifestación proporciones de extraordinario
entusiasmo.
Terminadas las conferencias (…) los
manifestantes se dirigieron en columna al parque Patricios.
Durante el trayecto se entonaron las estrofas del himno nacional
y de la canción de los círculos de
obreros.
Cuando los manifestantes, que ocupaban más de
una cuadra, de diez y seis en fondo, se aproximaban al punto
terminal, observaron que en Rioja y Caseros, los elementos
ácratas y rojos, complotados, habían preparado, con
propósitos de resistencia, una
especie de contramanifestación. Esto bastó para
entusiasmar y enardecer aún más a los
católicos. Resueltos y decididos se dirigieron a ese
punto, rechazando y persiguiendo durante buen trecho a los rojos,
que al primer amago de ataque, se dispersaron vergonzosamente en
todas direcciones, abandonando el campo, emboscándose en
el parque, parapetándose en las esquinas,
ocultándose en los cafés. Al primer empuje, los
rojos pusieron de manifiesto el único valor que
poseen, el de… la disparada incontenible, maravillosa,
estupenda.
Respondiendo a la clamorosa exigencia del
público, apareció (…) el doctor
Napal. (…) Condenó con enérgica frase
el atropello inaudito y cobarde de los profesionales de la
emboscada, alzados contra la libertad,
contra las garantías de la constitución, contra la
enseña patria y las tradiciones sagradas que representa.
Expresó que el miedo arrancaba de sus antros a los rojos,
al ver que se les iba el dominio
fácil que habían adquirido sobre la masa, en veinte
años de insidias impunemente propagadas.
(…)
Mientras tanto, los elementos diseminados por el
parque, pertenecientes al comité local rojo, protegidos
por la distancia y los árboles, con la intención evidente
de herir a los oradores, arrojaban piedras. Grupos de
jóvenes católicos, en varios casos, castigaron
severa y ejemplarmente los cobardes autores de esos
atentados.
(…)
He ahí las hazañas memorables de los
socialistas! Sin ideas, sin hechos, sin verdades para combatir,
apelan en su desesperación, a procedimientos
criminales. Esos son los frutos de la educación y la
cultura
socialista.