“No es indispensable que yo pueda comprar un brillante brocato, pero sí
pan para mí y para mis hijos. El negociante puede acaparar en sus depósitos las
mercaderías que el lujo y la vanidad codician, hasta que llegue el momento de venderlas
al mayor precio posible, pero nadie puede amontonar trigo junto a su semejante
que muere de hambre. Desafío al más escrupuloso defensor de la propiedad a
negar estos principios, a menos que confiese entender por derecho de propiedad
el de despojar y asesinar a su prójimo. Rico…aprended a gozar de la igualdad y
la virtud o al menos contentaos con las ventajas que os da vuestra fortuna y
dejad al pueblo pan, trabajo y honradez. El primero de los derechos es el de
existir; así, pues, la primera ley social es la que garantiza a todos los
miembros de la sociedad los medios para subsistir; todas las demás están
subordinadas a ésta.”
Discurso de Robespierre ante la Convención, 2-12-1792