Los esclavos agrícolas van al trabajo antes de salir el sol, y continúan en
el campo o en el bosque hasta las diez, hacia cuya hora toman su
comida, y no creo que pase más de una hora hasta que vuelven a su
trabajo, que continúan hasta la puesta del sol. Su manera de castigar a
estos esclavos es muy severa: el transgresor es arrojado al suelo, con
su faz pegada en tierra, y es mantenido en esta posición por otros
hombres o mediante unas estacas clavadas en el suelo, y se le golpea con
unas varas no más gruesas que un dedo mientras que el dueño lo ordena.
Los mandingas, según el precepto del Corán, limitan el número de
golpes a cuarenta, para los pequeños delitos, y para las grandes
ofensas ochenta y noventa, pero pocos sobreviven a este gran castigo.
También se les castiga encerrando y oprimiendo los pies en maderos, que
han de ser separados por la victima”
MATTHEWS, JOHN, Viaje a sierra Leona en la costa de África, 1921
Comentarios
Publicar un comentario
Contanos tu experiencia Perspectivis