1.
“En el mencionado año de 1316, sobrevinieron gran peste de hambre y
mortalidad en la región de los germanos, es decir en Alemania, hacia el
norte. Y se extendió a Holanda, a Frisia, a Zelandia, a Brabante, a
Flandes, a Hainaut. Tomó incluso Borgoña y parte de Francia. Fue tan
cruel que murió más del tercio de la gente (…) La carestía de todas las
vituallas fue tan grande que todos hubieran muerto de hambre de no haber
sido por los mercaderes de Sicilia y Puglia que enviaron
abastecimientos por mar, obteniendo gran ganancia.”
2.
“En el año de Cristo 1347, como parece que ocurre siempre después de una
época de carestía y hambre, comenzó a darse en Florencia y en el
contado enfermedad, luego la mortalidad de gente, especialmente mujeres y
niños, en general gente pobre. Esto duró hasta el mes de noviembre del
año siguiente. Pero esta mortalidad no fue tan grande como la del año
1340, como he dicho antes. Se estimó que murieron en ese tiempo más de
4000 personas, en su mayor parte mujeres y niños (…) La comuna ordenó
que no se debía anunciar ninguna muerte ni hacer sonar las campanas de
las iglesias donde se enterraban a los muertos, para que la gente no se
asustase al saber de tantos difuntos”
3.
“De ocho galeras de genoveses que se encontraban en el mar mayor sólo
volvieron cuatro, cargadas e enfermos que morían unos tras otros. Los
que llegaron a Génova murieron todos y corrompieron el aire donde
llegaban. Todos los que se encontraban con ellos morían poco después.
Era una especie de enfermedad e que el hombre no yacía sino tres días;
aparecían en la ingle o bajo las axilas hinchazones llamadas bubones o
glandulillas, algunos les decían chichones; de ellas manaba sangre. A
menudo esta enfermedad y la pestilencia se contagiaba al sacerdote que
confesaba al doliente o a los que lo cuidaban. De tal manera todo
enfermo se veía privado de confesión, de sacramentos, de medicinas y de
cuidados (…) para que Dios hiciera cesar esta peste y guardase nuestra
ciudad de Florencia y sus alrededores, se hizo una solemne procesión que
duró tres días”
Crónicas florentinas