“Miembros del Senado, de la Casa de Representantes: Ayer,
7 de Diciembre de 1941, una fecha que pervivirá en la infamia, los
Estados Unidos de América fueron sorpresiva y deliberadamente atacados
por fuerzas navales y aéreas del Japón. Los
Estados Unidos estaban en paz con esa nación y, a solicitud de Japón,
estaba aún en conversaciones con su Gobierno y su Emperador, buscando el
mantenimiento de la paz en el Pacífico. Efectivamente, una hora
después que escuadrones aéreos japoneses comenzaran a bombardear Oahu,
el Embajador Japonés ante los Estados Unidos y su colega, entregaron al
Secretario de Estado una respuesta formal al reciente mensaje
estadounidense. Mientras esta respuesta estipulaba que parecía inútil
continuar las existentes negociaciones diplomáticas, no contenía
amenazas o posibilidad de un golpe de guerra o de ataque armado. Quedará
registrado que la distancia de Hawai al Japón hace obvio que el ataque
fue deliberadamente planeado muchos días o incluso semanas atrás.
Durante la ocurrencia del ataque, el Gobierno Japonés deliberadamente
tuvo la posibilidad de engañar a los Estados Unidos con falsos
planteamientos y expresiones de esperanza para la continuación de la
paz. El
ataque de ayer a las Islas Hawai ha causado serio daño a las fuerzas
militares y navales estadounidenses. Se han perdido muchísimas vidas
estadounidenses. Adicionalmente, se ha reportado buques estadounidenses
torpedeados en alta mar, entre San Francisco y Honolulu. Ayer, el Gobierno Japonés también lanzó un ataque contra Malaya. Anoche, fuerzas japonesas atacaron Hong Kong. Anoche, fuerzas japonesas atacaron Guam. Anoche, fuerzas japonesas atacaron las Islas Filipinas. Anoche, fuerzas japonesas atacaron las Islas Midway. Por
tanto, Japón ha iniciado una extensa y sorpresiva ofensiva
extendiéndose a toda el área del Pacífico. Los hechos de ayer hablan por
sí mismos. El pueblo de los Estados Unidos, ya se ha formado su opinión
y comprende bien las implicaciones para la propia vida y seguridad de
la nación. Como Comandante en Jefe del Ejército y de la Marina he ordenado que sean tomadas todas las medidas para nuestra defensa. Siempre
recordaremos el carácter de la embestida contra nosotros. No importa
cuánto nos pueda tomar el superar esta premeditada invasión, el pueblo
estadounidense en su virtuoso poder, vencerá y logrará la absoluta
victoria. Creo
interpretar el deseo del Congreso y del pueblo, cuando aseguro que no
sólo nos defenderemos hasta lo imposible, sino que nos aseguraremos que
esta forma de traición nunca más nos amenace nuevamente. Las
hostilidades existen. No hay parpadeo al hecho que nuestro pueblo,
nuestro territorio y nuestros intereses están en grave peligro. Con
confianza en nuestras fuerzas armadas - con la irrestricta determinación
de nuestro pueblo - nosotras lograremos el inevitable triunfo con la
ayuda de dios. Le
pido al Congreso declarar, que debido al cobarde ataque no provocado
efectuado por Japón el Domingo 7 de Diciembre, existe un estado de
guerra entre los Estados Unidos y el Imperio de Japón.
Franklin D. Roosevelt La Casa Blanca, 8 de Diciembre de 1941.