EL SILENCIO DE HELDER CÁMARA, Gobierno y Curia contra el Obispo de los Pobres (Cristianismo y Revolución Nº 2. Octubre-Noviembre 1966)
Con motivo de la visita de Dom
Helder Cámara a nuestro país en ocasión de la Asamblea del CELAM fueron
organizados con gran entusiasmo diversas manifestaciones de apoyo y adhesión a
la persona de uno de los pocos pastores de la Iglesia Católica que ha comprendido
a fondo el mensaje evangélico de estar con los más pobres, con los más
humildes, con los más desposeídos.
En este espíritu se planificaron
diversas charlas y reuniones en sindicatos y locales católicos esperando todas
ellas contar con la presencia de Dom Helder. Para evitar la superposición y
dispersión de esfuerzos se dispuso una coordinación mínima entre los distintos
grupos y asociaciones que se hallaban organizando la recepción. Se resolvió
centrar los homenajes en un acto a realizarse en un local gremial céntrico.
Pero faltando pocos días para su
llegada, se recibe la noticia de que Dom Helder no va a hablar en ninguno de
los actos programados. Averiguaciones realizadas por CRISTIANISMO Y REVOLUCIÓN
nos permiten afirmar que Mons. Segura, Secretario General del Arzobispado
Argentino realizó un viaje a Recife para pedir expresamente a Dom Helder que
suspendiera su viaje a la Argentina. Esta presión es ejercida simultáneamente
desde la Santa Sede (que no debe identificarse con el Papa) y a través de voceros
del gobierno argentino. Pese a ello Dom Helder decide realizar su viaje, hecho
este que motiva el traslado de la sede de la conferencia a Mar del Plata, en el
intento de impedirle permanecer en la Capital.
Nuevamente se organizan numerosos
actos, y se obtiene de Dom Helder el consentimiento para dos reuniones del
lunes 17 en Avellaneda, una conferencia por el canal 8 de Mar del Plata, y una
charla en la Universidad Regional.
Nuevamente se moviliza la trenza
curialesca y Helder debe renunciar definitivamente a toda charla o
manifestación pública.
CRISTIANISMO Y REVOLUCION quiso,
pese a todo, rendir un merecido homenaje a la figura del obispo de los pobres y
decidió realizar el viernes 7 una mesa redonda sobre la personalidad de Dom
Helder Cámara. Para esta mesa habían sido invitados los Padres Mugica y
Paséale; el universitario Antonio Driuzuk y nuestro director. El acto debía
realizarse en el salón de Montevideo 842 del Consejo de las Mujeres de la AC;
la autorización para utilizar dicho local fue asegurada el martes 4 y
ratificada oportunamente a la Comisión responsable. Sin embargo, el día 7, a
pocas horas de la iniciación de la mesa, se comunicó que la reunión había sido
prohibida por no contar con la autorización de la Curia Metropolitana. Esta
supuesta autorización nunca había sido requerida, ni en esta ocasión ni en
otras anteriores en que se ha utilizado el local.
Es de pública notoriedad la
brutal agresión de que fueron objeto las personas asistentes al homenaje por
parte de la Policía Federal y la detención luego de haber sido fuertemente
golpeados tres de los asistentes.
Debemos plantear interrogantes:
¿no es mucha casualidad que la acción Curia y la represión policial se sucedan
bien sincronizadas en espacio de pocas horas?, ¿no recuerda esta coordinación a
los manejos destinados a evitar que Dom Helder Cámara llegara a nuestro país?,
¿es que existen intereses comunes para que no sea escuchada la voz del defensor
de los obreros y estudiantes brasileños?, ¿es que hay miedo de oír la verdad?,
¿es que la verdad puede crear problemas de conciencia?
Como intentando “arreglar” el
asunto los detenidos fueron puestos en libertad por la policía aduciendo
haberse equivocado, creyendo que el grupo era de “estudiantes y no de
católicos”. Dudamos que exista esta equivocación pero aún en caso de ser cierta
señalamos que la discriminación efectuada que permitió la libertad de los
detenidos por el sólo hecho de ser católicos, violenta nuestra conciencia.
Como ya fue señalado en las
declaraciones que se hicieron públicas el sábado 8 y a las que la prensa ocultó
en significativo silencio salvo honrosas excepciones:
“Los Cristianos no pedimos ni
queremos privilegios de feudo para nuestras personas o nuestros actos: somos
solidarios con los compañeros estudiantes detenidos y vejados en nombre del
orden; queremos y vamos a estar comprometidos con todas las expresiones de
protesta y justicia en las que el pueblo argentino se juega su destino
revolucionario de liberación.”
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