Encuentro de Católicos, ¿Cursillismo de Izquierda? (Cristianismo y Revolución Nº 2. Octubre-Noviembre 1966)
Durante los últimos días de
agosto se realizó en los alrededores de Buenos Aires un encuentro de laicos
católicos de distintos puntos del país.
Asistieron al mismo alrededor de
sesenta personas de distintas tendencias aunque predominó en forma abrumadora
una línea social-cristiana.
Como resultado de tres días de
intensa deliberación se resolvió la constitución de un movimiento católico que
estaría empeñado en luchar para hacer de las resoluciones conciliares una
realidad viviente dentro de la Iglesia.
Creemos necesaria la comunicación
y el “encuentro” de los distintos grupos cristianos que de una manera u otra se
manifiestan partidarios entusiastas de un cambio social profundo y esta
necesidad se hace más imperiosa cuando se contempla la realidad del interior
de] país, que debe realizar grandes esfuerzos para no “localizar” su visión.
Pero la urgencia no debe hacernos
olvidar los riesgos que se presentan cuando se trata de movimientos de acción
católica.
Este movimiento que fue
estructurado en zonas y con autoridades nacionales se propone ser federación de
movimientos, y ser factor de unión del sinnúmero de asociaciones cristianas
existentes.
Desde esa fecha realizadas en
Buenos Aires tres reuniones en las que se estructuró por medio de comisiones la
tarea a realizar. Se resolvió hacer público un documento en el que se
caracterizaban los tiempos actuales de la Iglesia y la necesidad de organizar
este movimiento. En la tercera reunión, que tenía carácter abierto con
invitación a distintas instituciones y personas se planteó una discusión básica
sobre el sentido de la reunión de los cristianos en movimientos de acción.
Sobre este tema vamos a hacer
algunas consideraciones señalando aciertos, pero marcando al mismo tiempo las
que consideramos graves confusiones.
Por ello deseamos formular
diversas consideraciones, señalando los peligros más claros que se presentan.
1. — Conservar una mentalidad
social-cristiana, que lleva a una con fusión de niveles (ideológicos con
doctrinarios y religiosos).
2. — Esta mentalidad oculta una
actitud de miedo, manifestado en un complejo de inferioridad frente al marxismo
(se buscan desesperadamente los puntos que los diferencien y no los que los
unan) y una actitud de inseguridad frente al mundo al que hay que presentarse
como “grupo” religioso-político.
3. — Creer que el Esquema XIII y
otros documentos de la Iglesia son real mente un programa ideológico para la
construcción del mundo, de los cuales surgen como en forma mágica recetas para
solucionar problemas de todo tipo (políticos, morales, económicos, etc.).
4. — Este “cursillismo de
izquierda” pretende utilizar la Iglesia (o el cristianismo) como factor de
poder (en la lucha por un determinado cambio social) sin darse cuenta de que lo
equivocado no es el sentido en el que se ha usado políticamente al cristianismo
sino el hecho de que se lo use, de que se siga considerando a la Iglesia como
potencia.
5. — Creemos que adoptar este
“integrismo de izquierda” es volver a etapas ya definitivamente superadas por
la Iglesia del Vaticano I. Dicha actitud es factor de división entre el mundo y
la Iglesia y enfrenta a los hombres entre sí, siendo causa de desconciertos
ideológicos, rompiendo, es fin la unidad en el movimiento de lucha por la
liberación del hombre. Es volver a etapas preconciliares. ¿Es necesario que
todas nuestras ideologías estén rociadas con agua bendita para poder ser
asimiladas sin problemas de conciencia?
6. — Los cristianos conservamos
espíritu de “ghetto” que hace que busquemos diferenciarnos de los demás hombres
en la tarea de construcción del Reino.
7. — Señalamos el peligro que
contienen estos movimientos, ya que suelen Ser refugios de ineptos, de cobardes
y nunca de cristianos auténticamente comprometidos y jugados a fondo en la
lucha por la revolución popular.
8. — Estos movimientos no son
sino la actualización de la mentalidad de beneficencia, con que muchos
cristianos siguen actuando en sus relaciones con el mundo. Por eso mismo son
sitios ideales para refugiar a “gente bien”, “señoras gordas” concientizadas
(horrorizadas de la pobreza) y desocupadas. Ya que está más de moda rodear
admiradas y embobadas a alguna figura intelectual “dernier cri” y hacerse la
idea de un activo compromiso social que formar parte de alguna sociedad de
buenas damas de beneficencia.
9. — Lamentablemente hay
intelectuales ingenuos que creen están “mentalizando” estos sepulcros
blanqueados y se prestan a este juego con increíble candidez, perdiendo
esfuerzos y energías que podrían usarlas en tareas realmente revolucionarias.
Pierden así la oportunidad de ser revolucionarios. No se trata de hablar a la
conciencia de los poderosos sino de armar el brazo de los oprimidos.
10. — Estos lugares se tornan
nuevas “ondas” caprichosas y efímeras, que durante breve tiempo acarrea a una
sarta de “cristianos a la caza de un compromiso” pervirtiendo el real sentido
de este término y la real urgencia de una acción decidida junto a los pobres
por una revolución obrera.
11. — Esta lamentable falta de
visión ha llevado siempre al cristiano a la creación de instituciones,
movimientos, universidades, .partidos políticos, ideologías, escuelas, etc., en
fin: un mundo paralelo al mundo de los hombres.
12. — Nosotros creemos que los
cristianos sólo deben reunirse entre ellos para realizar aquello que es
específicamente manifestación de la fe (acto litúrgico y reflexión evangélica
en comunidades).
Comentarios
Publicar un comentario
Contanos tu experiencia Perspectivis