Lucerna, Agosto 10 de 1887
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Roca en su casa, en el centro de la imagen |
Mi estimado Sastre: Aquí, en plena Suiza, he recibido su carta del 3 de junio, es decir de ahora dos meses y días. Demasiado retardo.
Veo por otras cartas de fecha más moderna y por los diarios que después de estar todo el mundo sufriendo y temiendo sufrir más por la seca, al fin había llovido por casi todas partes a principios y fines de julio, y seguido tiempo templado después de las lluvias.
No es posible que la seca haya cesado en toda la Provincia menos en La Larga.
Es realmente escandaloso lo que pasa en la campaña de Buenos Aires con los ladrones y las autoridades. Si a Ud. que tiene un cargo y una jerarquía lo saquean, qué no será a las pobres gentes que no tengan mayores medios de defensa. Escríbale al jefe de policía, señor Dominguez, avisándole todo lo que pasa y le dice que lo hace por indicación mía.
Respecto a prolongar la zanja de Larrumbe por todo el campo de La Larga me parece buena idea. La cuestión es estudiar bien el trabajo y no emprenderlo hasta no estar seguro del resultado. Dos mil o tres mil pesos, no es nada, si se consigue en el campo, agua corriente y permanente. Le autorizo, pues, a hacer ese gasto. Aunque hubiera sido mejor emprender ese trabajo en el invierno, no será imposible hacerlo en la primavera y en el verano.
Creo que debe empezar, también, a hacer cortar material para la casa, o para dos o cuatro piezas en La Larga, que es necesario construir.
Todavía no he visto en todo lo que he andado, lindos caballos. Los lindos caballos parece que no son comunes en ninguna parte. Cuando vaya a Alemania he de comprar uno o dos potros traquenes. Váyame comprando para ellos, yeguas grandes y tapadas.
Nada me dice, si la vaca y terneros que estaban en lo de Leloir y las yeguas compradas a Casares, están ya en la estancia.
Le mandé semillas de pinos y de castaños de Londres; las recibirá usted por el 15, de este tiempo, aún bueno para hacer almácigos. Plante árboles y haga bosques, todo lo que pueda. El pino ha de dar muy bien por toda esa región.
No me parece bien, en cambio, que haya dejado la marcación para la primavera, época en que la hacienda está siempre más flaca y más preñada. Debe tener mucho cuidado con estas innovaciones que se apartan de las reglas que siguen todos los estancieros, aconsejados por una experiencia, se puede decir de siglos.
Debe poner todo empeño en quemar los pajonales.
¿Y cuál fue la suerte del cardo asnal?
El amigo Sánchez no anda muy activo con la remisión de sus cartas y le escribo reclamándole esto.
Espero que otra suya que reciba me traerá la noticia que ha llovido en La Larga.
Su affmo, amigo.
Julio A. Roca
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