Senghor, fue un activo líder africano durante el proceso de descolonización posterior a la segunda guerra mundial. Poeta de oficio, llegó a ser jefe del Estado Nacional senegales.
“Proclamo
que Francia es un árbol vivo”
Discurso
de Lépold Sédar Senghor ante la Asamblea Nacional – 29 de enero de 1957
Señoras
y señores, diré a manera de preámbulo, que nos falta “despersonalizar” este
debate, al contrario de lo que algunos quieren, aunque vencidos en comisión,
vienen a decir y proclamar: “Es un golpe bajo contra el ministro francés de
ultramar, contra el presidente del Consejo de Francia; es la culpa de Samba y
de Demba”. Si se tratara de examinar estos
decretos bajo el ángulo de nuestros informes personales al señor ministro
francés de ultramar, nosotros sin duda no aportaríamos ninguna enmienda y
votaríamos con los ojos cerrados. Dije
ya, al comienzo del debate de la ley marco, la alta estima que le tenemos en lo
personal (…) El problema, entonces, no
era de orden sentimental; no es politiquero, es político. Se trata de examinar y de reglar la
naturaleza de los lazos que deben a partir de ahora unir los pueblos de
ultramar con el pueblo de Francia.
Señor
ministro francés de ultramar, en mi
opinión, usted con la mejores intenciones solo ha cometido un error, la de no
haber demandado la opinión a las asambleas locales, y en principio a las
asambleas territoriales, como lo establece el artículo 74 de la Constitución y
las leyes o decretos ley que regulan las asambleas. Pero Señor Ministro, este aviso le fue dado
desde la publicación de los decretos de aplicación por la mayoría de las
asambleas territoriales y por el Gran Consejo de Africa occidental francesa. Quiero ser más preciso: el Gran consejo de
Africa occidental francesa, con una moción votada por unanimidad por sus
miembros presentes, condenó los decretos políticos y administrativos, y según
lo que sé, seis de las ocho asambleas territoriales de Africa occidental
francesa se solidarizaron con el Gran consejo. Cuatro de estas asambleas, en
señal de protesta, rechazaron votar su presupuesto antes del 1 de enero de
1957. Digamos otra vez que no se trata de querellas electorales, ni de
oposición de personas, porque los opositores son de todos los horizontes
políticos, pertenecientes en su mayoría a los tres grandes partidos africanos:
Reunión democrática africana, Movimiento socialista africano y Convención
africana (…) ¿Qué reprocha la opinión pública africana a los decretos? El fin de
la centralización reforzada en beneficio de la calle Oudinot (N. del T.: sede
del ministerio francés de ultramar) , sobre todo el dividir, el “balcanizar” –
osemos usar la palabra – a las federaciones africanas y oponer a los
territorios unos contra otros. Se ha
hablado del carácter artificial de las federaciones de Africa occidental
francesa y Africa ecuatorial francesa. ¿Por qué no se ha hablado del carácter
artificial de los territorios? En las dos márgenes del río Senegal viven las
mismas poblaciones, sarakolés, tuculers y sin embargo están divididas. Pero
vayamos a los mismos decretos. En esta intervención, no hablaré más que de los
decretos de alcance general informados por el señor Teitgen y del decreto
informado por el señor Alduy que lleva a la reorganización de Africa occidental
francesa y Africa ecuatorial francesa.
Examinando de cerca los decretos mencionados se constata el resultado
más claro de la “operación Oudinot”, reforzar la centralización administrativa
en beneficio del ministerio francés de ultramar, de sus despachos, que
redactaron los decretos y que nos han sustituidos como interlocutores válidos,
y también en beneficio de los altos comisarios.
Solo da alegría la distinción que hacen los decretos entre servicios de
estado y servicios territoriales. Ese es el fundamento mismo de toda
organización federal de una Nación. Desde este punto de vista, es aceptable la
definición de servicios de Estado del artículo primero del decreto número
56-1227. “En los territorios de
ultramar, las relaciones exteriores, la defensa, la garantía de las libertades
públicas, el mantenimiento de la solidaridad de los elementos constituyen las
República y su expansión en los dominios económico, social y cultural, su
régimen monetario y financiero así como la representación del poder central
constituyen los intereses generales de la República gestionados y administrados
por servicios del Estado”. Digamos en
principio que si esta definición es aceptable en sus grandes líneas, la
expresión “su expansión en los dominios económico, social y cultural” se presta
a equívoco, es fuente de abuso y debe ser precisada. Para nosotros, no se puede
tratar más que de simple coordinación y control y no de gestión. Nuestra
segunda observación trata de los “grupos de territorios”. Aquí igualmente, se
guardan en los decretos de hablar de “federaciones” como al pasar. No es menos
que los decretos reconocen la existencia de estos grupos, instituidos,
manteniéndolos por la Constitución y –
cito – “dotados de personalidad civil y de autonomía financiera”. Ellos les
reconocerán “intereses comunes”
gestionados por “servicios comunes”. No demandamos nada más en el plano de los
principios, pero solo que estos principios sean aplicados en los decretos, cuyo
papel es precisamente aplicarlos. Esto no fue hecho, como ya veremos. En mi
opinión, es arbitrario que un cierto número de servicios que eran de hecho
servicios federales – porque quien paga los servicios tiene efectivamente la
gestión – han sido declarados servicios del Estado: son los correos, los
telégrafos y teléfonos, las aduanas, la enseñanza superior, la red de
estaciones de emisión de radiodifusión y de televisión. Consulté a profesores
de derecho constitucional, los federalistas europeos. No sé si, en una
federación tipo, estos servicios deben ser obligatoriamente servicios de
Estado. Decimos que de hecho, sino de derecho, estos servicios eran servicios
federales (…) Los servicios mencionados, correos, telégrafos y teléfonos,
radio, enseñanza superior, no serán más servicios del Estado, pero servicios
territoriales en los territorios no agrupados y servicios interterritoriales o
federales en los territorios agrupados (…) En lo que concierne a los
funcionarios, al servicio del Estado corresponden funcionarios del Estado, a
los servicios interterritoriales corresponden cuadros interterritoriales y a
los servicios territoriales, funcionarios territoriales. Se imponen algunas
decisiones importantes. Como lo prevén
los decretos a examen en el Parlamento, algunos funcionarios del Estado
“continúan sometidos a las reglas estatutarias que les son propias”. Esto
significa que sus status no dependen solo del ministerio francés de ultramar.
Es el caso de los profesores de la enseñanza superior. Si queremos que lo sean, como lo demandan
las autoridades locales, las asambleas locales y los estudiantes, los
profesores calificados deben ser necesariamente reclutados en las mismas
condiciones que sus colegas de la metrópolis y para que los funcionarios no
sean solo funcionarios del Estado, sino más exactamente funcionarios del
ministerio nacional de Educación cuyos miembros serán retirados en los
territorios de ultramar. En cuanto a los
ex funcionarios generales y superiores cuyos personales deben ser empleados en
los servicios territoriales, transformarlos pura y simplemente en funcionarios
territoriales, es exponerlos a dificultades insuperables. Es condenar a esos
funcionarios a continuar toda su carrera en un único territorio, a veces
ingrato, como puede ser Mauritania. Es también admitir que los ingenieros, los
doctores, los maestros, para dar algunos ejemplos, podrán tener status
diferentes, ventajas materiales y morales
diferentes, según los territorios de un mismo grupo. Es sobre todo condenar a los territorios
pobres del interior a no reclutar más que funcionarios poco calificados y en
cantidad insuficiente. Hay solo una solución a estas dificultades, es la
solución propuesta por los sindicatos de los trabajadores y los funcionarios:
hacer de los ex funcionarios generales y superiores - funcionarios del Estado exceptuados -
funcionarios interterritoriales.
En
verdad, tenemos la impresión de que definiendo servicios y funcionarios,
poniendo los principios de su organización de la manera que saben, las oficinas
persiguieron un doble fin: reforzar la centralización y la concentración de
todo el sistema dividiendo Africa occidental francesa y Africa ecuatorial
francesa. No volveré sobre la
centralización realizada en beneficio de la calle Oudinot, de la calle Rivoli
(N. del T.: sede del ministerio de finanzas) y de tantos otros
ministerios. En lo que concierne a la
concentración de poderes del ejecutivo, no es por azar si ella se hace en
beneficio del alto comisario de la República (…)
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