Documentos históricos de las Reformas Borbónicas. Campillo y Cosío, Joseph. Nuevo sistema de gobierno económico para la América. 1743
Todo quanto se vé en aquella gran porción de la Monarquía Española, está demostrando á
gritos de la razón la necesidad de introducir en su Gobierno un nuevo método, para que tan
rica posesión nos dé ventajas, que tengan alguna proporción con lo vasto de tan dilatados
dominios, y con lo precioso de sus productos.
Este es el único empeño de este asunto. Y para que se manifieste mas claramente la
necesidad de este importante remedio, cotejarémos nuestras Indias con las Colonias
extranjeras, y hallarémos que las dos Islas, Martinica y la Barbada, dan mas beneficio á sus
dueños, que todas las Islas, Provincias, Reynos é Imperios de la América á España.
Si el que las Indias produzcan tan escasamente consistiera en la benignidad del trato que se
diera á los naturales, no queriendo cargarlos demasiado de tributos, seria cosa tolerable; pero
bien al contrario es la suerte de aquellos infelices, la miseria y la opresión, sin que ceda en
beneficio del Soberano, y baxo el dominio de los Reyes mas piadosos del mundo, y de las
leyes mas humanas de la tierra (…).
¿Pues en qué consiste esta enorme contradiccion?. Consiste, sin duda, en que nuestro
sistema de Gobierno está totalmente viciado, y en tal grado, que ni la habilidad, zelo y
aplicación de algunos Ministros, ni el desvelo, ni toda la autoridad de los Reyes han podido
en todo este siglo remediar el daño y desórden del antecedente, ni se remediará jamas, hasta
que se funde el Gobierno de aquellos dominios en máximas diferentes de las que se han
seguido hasta aquí.
En Indias, como en otras partes, se debe considerar en punto de Gobierno, el Político, y el
Económico. Por Gobierno Económico se entiende la buena policía, el arreglo del comercio,
el modo de emplear civilmente los hombres, el de cultivar las tierras, mejorar sus frutos, y
en fin todo aquello que conduce a sacar el mayor beneficio y utilidad de un país (…).
Quanto se executó en América baxo las órdenes de los Señores, el Emperador Cárlos V, y su
hijo Felipe II, fueron conocidos aciertos, y los Españoles de aquellos tiempos hicieron
prodigios en todas líneas (…) pero en el siglo pasado, que para otras Naciones fué siglo de oro, de las luces de Gobierno, de buenos establecimientos y de prosperidades, fue para
España siglo de desgracias y pérdidas (…), en todo este tiempo reynaba en España un
letargo general, sin atender al nuevo poder, que iban adquiriendo las Potencias enemigas, ni
al antiguo, que nosotros perdíamos (…).
Debemos mirar la América baxo de dos conceptos. El primero, en quanto puede dar
consumo á nuestros frutos y mercancías; y el segundo, en quanto es una porción
considerable de la Monarquía, en que cabe hacer las mismas mejoras que en España.
Tenemos el consumo mas abundante del mundo, sin salir de los dominios del Rey, pero nos
sirve poco (…)
El comercio es el que mantiene el cuerpo político, como la circulación dela sangre el
natural; pero en la América, donde es el comercio un estanque general, no puede producir
sino enfermedades y muertes políticas (…).
Lo mismo sucede en los demás asuntos, que constituyen los verdaderos intereses de España;
y entre otros, los tesoros que tiene de la América son mas en su perjuicio, que en su utilidad;
pues nueve partes de diez van á las Naciones extranjeras (…).
Sin atención á la mudanza de circunstancias se ha continuado; y prosigue el sistema antiguo,
y sin contar con la distancia y extensión de aquellos dominios, ni con la proximidad de las
Colonias extranjeras, ni con la necesidad de aquellos vasallos, y con la imposibilidad de
surtirlos hoy España, ni de impedir que lo hagan otros en derechura; hemos establecido, sin
quererlo ni pensarlo, un sistema que ha aniquilado los intereses de España, y que hoy no es
tan fácil de desbaratar; pues hallando nuestros Americanos tanta ventaja en tratar con los
extranjeros, han tomado unos y otros de acuerdo tan buenas medidas, que aunque gastase el
Rey en el resguardo todo quanto le producen las Indias, jamas se lograría excluir los géneros
extranjeros, si no se dispone que los de España se den, poco más ó menos al mismo precio
(…).
Con estas disposiciones de tan subidos derechos y fletes de restricciones (…) podemos decir
que hemos cerrado la puerta de las Indias á los productos de España, y convidando á las
demás Naciones á llevarlos á sus Reynos, quedando abiertas tantas puertas, como hay en
quatro mil leguas de costa, y siendo indispensable que se surtan aquellas Provincias de una
una ó de otra parte.
De aquí resultaron, entre otros perjuicios, dos abusos capitales que tienen por sí solos aptitud
para inutilizar á España sus Indias. Estos son, la permisión del comercio ilícito, y del
establecimiento de muchas fábricas en los dos Reynos del Perú y Nueva España. (Dando
como resultado) los perjuicios que ocasiona el contrabando, por ser tan conocido el vuelo
que ha tomado, y lo imposible que es en el sistema presente impedir absolutamente un trato
tan útil al que vende y al que compra.
Pero siendo constante que los que no pueden en América disfrutar el comercio ilícito (…) y
no pudiendo comprar los géneros que van de España por su exorbitante precio y carestía,
han puesto fábricas de todo lo necesario para su uso (…) todo esto se lo pierde España, y se
malogra la mayor ventaja, que jamas haya tenido para enriquecerse Nacion alguna, éste es
un consumo tan rico y abundante, que bien dirigido daría pronto despacho á todos los frutos
y manufacturas del Reyno…”.
Campillo (1693-1743) comenzó su carrera en el servicio real en el Ministerio de Marina como
oficial de la contaduría, siendo ascendido posteriormente a Comisario de Marina, cargo por el cual
estuvo destinado a Veracruz y La Habana, donde pudo conocer América e interesarse por la
situación hispanoamericana. Finalmente fue nombrado Secretario de Estado de Hacienda (1741) y
poco tiempo después Felipe V le encomendó las Secretarías de Guerra, Marina e Indias. Fue una
figura poderosa, que tuvo un peso significativo en la vida política española y, luego de su muerte, su
último texto -Nuevo sistema de gobierno económico para la América-, ejercería una enorme
influencia al momento de diagnosticar las razones de la decadencia española y diseñar un plan de
reformas tendientes a recuperar la grandeza perdida.
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